la lluvia de cochambre…

17 Oct

Llegó antes de lo esperado la lluvia de cochambre. Pero para esto, yo ya me había acabado mi Fausto y hasta Las Mil y Una Noches, creyendo ilusamente que se tratarían de cuentos fantásticos y no de cosas tan ordinarias como «niños llorones y traviesos» (quien ya lo leyó sabe de lo que hablo). Tras.

Total que fue en domingo -el día que más me choca de la semana- y, por extraño que parezca, llovió dentro de mi casa. Bueno, en realidad llovió afuera, como debe ser, pero el punto es que mi casa se inundó.

Ahora bien, llevo alrededor de seis años viviendo en esa casa. Jamás se había inundado. Habíamos tenido que reparar goteras, eso sí. Pero inundaciones no, al menos hasta el domingo en la tarde-noche. Como en película de espantos o de arte, empezó a llover a mares y el nivel del agua empezó a subir de manera acelerada. Se taparon las coladeras de la calle y la lluvia siguió cayendo. El agua empezó a inundar la calle, llegando peligrosamente a la banqueta y de ahí, al jardín de mi mamá frente a la entrada de la casa (vivo en una cerrada). Y por último, al piso de mi casa.

Como se taparon las coladeras, el agua que entró no era precisamente limpia. Rápidamente empezamos a quitar todo: muebles, sillas… en fin. Y el agua siguió inundando la planta baja de mi casa que, dicho sea de paso, es principalmente blanca (con muebles de madera).

¿Lo sorprendente? Como lo predije, siendo la mismísima Casandra rediviva, llovió porquería y subió la marea. Claro que en ese momento no me puse a leer, sino que me puse a sacar todo lo importante para tratar de salvarlo y limpiar la porquería cuando dejó de llover. Me tocó limpiar debajo de la escalera, donde mi madre guarda toda clase de herramientas y cosas del jardín… y una bolsa que largué de mi cuarto y que yo hacía en la basura.

Mientras en las casas de mis vecinos hubo toda clase de bajas (desde refrigeradores hasta carros que se negaron a arrancar), en mi casa fue precisamente la mentada bolsa lo único que la lluvia de cochambre se llevó, con absolutamente todo su contenido y lo que significaba. No pude evitar una carcajada (y si he de ser sincera, sí sentí un poco feo después).

Yo ya lo sabía; sabía que habría una limpieza de fondo y que llovería mugre para dar paso a cielos despejados. Pero francamente, no me esperaba una cosa como estas.

¿Así o más grande la señal?

5 respuestas to “la lluvia de cochambre…”

  1. andres C octubre 17, 2008 a 6:41 pm #

    bonita metafora que encierra al mundo de hoy, no?
    Me recordó a un guión que ando escribiendo y me recordó que lo tengo que seguir escribiendo.
    Sacaste fotooos?

  2. sterella octubre 17, 2008 a 8:45 pm #

    andrés c: mi hermana sacó fotos. no saqué fotos de la bolsa. demasiada evidencia y demasiado cinismo de mi parte. saludos!

  3. Mar Heredia octubre 18, 2008 a 12:42 pm #

    awww!!!!
    eso es lo que yo llamo una verdadera «señal»
    yo tb habría sentido feito.

    pero bueno.. el cochambre se llevó
    el cochambre primor, no?
    q mejor forma de acabar con las cosas
    que con eso mismo? …

    te quiero!

    p.d. Tienes razón las mil y una noches y el Fausto
    solo hablan de niños llorones y traviesos. Talves debería
    jugar un rato y llamar a Mefistófeles para pedirle un par de
    favores jajaja (uno iría para tí 😉 )

  4. Mar Heredia octubre 18, 2008 a 12:43 pm #

    Ya en serio… ambos cuentos me perturbaron bastante jajaja

  5. sterella octubre 19, 2008 a 4:24 pm #

    mar: sí…. exactamente. la mierda se quedó con la mierda y ahora sólo espero cosas buenas en mi vida.

    haha te adoro!!! y no llames a mefistófeles 😛

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